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Al Vuelo-Sombrerón

Por Pegaso

Pegaso.press y esta cotorra columna presentan a mis dos o tres lectores la gustada sección donde analizamos el contenido de las más populares canciones de nuestro muy amplio y variado firmamento musical.

En esta ocasión toca a la divertida y jocosa melodía denominada “El Viejo del Sombrerón”, interpretada por la Sonora Dinamita.

En primer lugar, yo no hallo mucha diferencia entre los colores rojo uva y vino tinto que tiene su automóvil. Si el vino tinto proviene de la uva roja, entonces resulta que es exactamente la misma cosa.

La siguiente estrofa asegura que es un último modelo y cuando consigue una chica, lo lleva a donde quiera, lo que resulta absurdo de pensar porque, ¡ni modo que lo lleve a donde no quiera!

Más adelante el autor se topa con una chica que está quizá parada en una banqueta, a la expectativa, esperando a algo o alguien.

El gañán le ofrece un aventón esperando que ella acepte y así, poder saciar en ella sus más abyectos actos de libídine y concupiscencia.

Pero lo que la guapa chamacona le dice es que está esperando al Viejo del Sombrerón, un individuo de edad madura al que no identifica por su nombre o media filiación.

Al ver que se le adelantaron, el cuate del carrito rojo uva se asombra y afirma que el viejo, a su edad, es una chucha cuerera para conseguir mujeres jóvenes y que posiblemente tiene un secreto para conquistarlas, buscando compensar con tal pensamiento su propia falta de habilidad en el arte de la seducción.

Por consiguiente, le pregunta por qué está tan entregada al Viejo del Sombrerón, a lo cual ella contesta con un principio de Física elemental que aprendió en la secundaria y que asegura que el impacto constante de un líquido en una superficie eventualmente logra la horadación.

Aunque la chica lo dice de otra manera: “Lo que pasa es que una gota de agua sobre una piedra hace un orificio, ese viejo tiene su carrito y cada que pasa se sonríe conmigo”.

No conozco hasta ahora que en la vida real suceda algo por el estilo, ni antes ni ahora.

Ahora, cualquier chava a la que le lanzas un piropo, por muy inocente que sea, inmediatamente te sube a sus redes sociales para decir que la estás acosando, y si es influencer, ya te quemaste para toda la vida.

Pero sigamos con el sesudo análisis.

Ella dice que cada que el sujeto del enorme sombrero pasa frente a donde está le lanza un piropo y le toca el pito. Me imagino que se refiere al pito de su auto, porque si fuera de otra manera no estaríamos hablando de una mujer, sino de un trans, y aquí sí cuadraría más la cosa.

Y se utiliza varias veces la palabra “pipí”, refiriéndose al claxon, pero que veladamente se hace una alusión de tipo sexual, como en otras melodías de corte tropicalón donde generalmente se usa la picardía y el doble sentido para brindar mayor atractivo a un tema que de otra forma, sería una banalidad.

No sé a ustedes, pero a mí me encanta la interpretación de la Sonora Dinamita con La Morocha, una artista regiomontana que, desafortunadamente, por su problema de obesidad, no pudo tener la proyección necesaria para convertirse en una estrella de talla nacional e internacional.

Aquí les dejo la liga, por si quieren escuchar la canción:

https://www.youtube.com/watch?v=Y4DkbHSXqEw

Por ahora, nos quedamos con el refrán estilo Pegaso, cortesía de la Sonora Dinamita: “Adquiriré un montero con amplio ribete a fin de contender con el anciano del ribetón”. (Voy a comprarme un sombrero bien alón pa’ hacerle la competencia al Viejo del Sombrerón”)