Dirección General: Jesús Rivera Zúñiga

Al Vuelo-¡Insensatos!

Por Pegaso

¡Insensatos, vosotros que nos lleváis al abismo!

Individuos sin moral, que solo piensan en seguir incrementando riquezas y poder.

¡Basta! ¿Es que acaso no escucháis los ruegos de vuestros hermanos?

¡Cesad vuestras guerras, os lo digo, porque hoy más que nunca nos colocáis al borde del holocausto!

¿Acaso tengo que seguir usando arcaísmos por el resto de la columna -haciendo mis palabras más apocalípticas- para que me puedan entender, bellacos dirigentes de las potencias mundiales?

Estamos a un tris de que ocurra una guerra de alcances inimaginables. De una Tercera Guerra Mundial.

En Estados Unidos la gente ya se prepara con compras de pánico en Wal Mart, Cotsco, Tarjet y demás almacenes comerciales. Están dejando solos los anaqueles. Dentro de poco, no habrá agua embotellada, porque están abasteciendo los búnkers que tienen debajo de sus casas.

Yo decía que los gringos están más locos que una cabra, pero la verdad es que son los tipos más precavidos del mundo.

Así, si se acerca un tornado, no hay más que bajar al sótano, donde vigas reforzadas y concreto armado garantizan su seguridad, aún si se les viene el techo encima.

Durante muchos, muchos años, se ha sabido que personas comunes y corrientes construyen refugios antinucleares en los patios de sus casas.

Han invertido fuertes sumas de dinero para garantizar la supervivencia de ellos y sus familias durante períodos relativamente largos de tiempo.

Recientemente vi en Netflix una película llamada “Dejar el mundo atrás” (Leave the world behind, por su título en inglés. Estrenada el 25 de octubre de 2023. Director: Sam Esmail. Protagonistas: Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke, Myha’la Herrold y Kevin Bakon), que retrata fielmente el estado de psicosis que viven los norteamericanos ante lo que se considera un conflicto nuclear inminente.

Según el argumento de la película, los Estados Unidos, en su afán de expandirse comercial y económicamente por el mundo se han hecho de múltiples enemigos, desde los norcoreanos hasta los países musulmanes, China y la Unión Soviética.

Todo empieza con el hackeo a sus redes de comunicaciones por parte de un enemigo desconocido.

Por a poco, las personas se vuelven presas del miedo, hasta que la situación detona en una guerra civil en su propio territorio y el resquebrajamiento de la sociedad.

Eso me confirma una vez más que la industria cinematográfica norteamericana anuncia lo que va a pasar, sencillamente porque ya lo saben. Se han enterado por algún medio de lo que va a pasar.

Hoy todos estamos aterrados ante la posibilidad de una tercera gran guerra. Los líderes políticos persiguen intereses inconfesables y están decididos a acabar con el mundo antes que ceder a sus adversarios.

Yo quisiera que, por ejemplo, el conflicto entre Palestina e Israel se resolviera como ocurre en la película “No te metas con Zohan” (You don’t mess with the Zohan, por su título en inglés. Estrenada en 2008. Director: Dennis Dugan. Protagonistas: Adam Sandler, Emmanuelle Chriqui, Rob Sneider, Nick Swardson, Lainie Kazar, John Turturro y Chris Rock), donde un agente de inteligencia israelí, que en realidad es un moderno Sansón, lucha contra los terroristas palestinos.

Zohan finge su muerte y se va a estados unidos, donde pretende convertirse en un estilista y dejar atrás la guerra.

No obstante, se encuentra con palestinos que viven en el mismo barrio, con quienes, después de algunas disputas, se une para combatir a un grupo de desalmados empresarios que pretenden despojar a todos de sus negocios para construir un moderno centro comercial.

Sabiendo que la solución pacífica de los conflictos geopolíticos resulta imposible, solo me queda hacer “changuitos” para que no avienten las primeras bombas. Y que si las avientan, que no nos toque cerquita.

Viene el refrán estilo Pegaso:  “A mí con una bofetada me es suficiente”. (Yo con una cachetada tengo).